sábado, 31 de marzo de 2012

Happy tree friends/Splendid, Splendont, Giggles, Lumpy & Sniffles/Rating T.

Histeria fandomPromptmaníaAbajo~

Capítulo 1:Lo mismo.
Capítulo 2:Lecciones.



Polvo de estrellas



Hasta Splendid -que es reticente a aceptar errores en profesionales, ya que él mismo se considera un profesional del salvataje que no mira los resultados por una cuestión de orgullo- sabe que Lumpy es un idiota, pero parece muy decidido cuando empuja las otras camillas de los recién ingresados para avanzar hacia la de Splendont.

—¿Qué ha pasado?

—Y-yo...él...

(No sabe por dónde empezar ni si le conviene decir la verdad, debido al anonimato)

Felicidades, hermanito. ¡Tu primer gladiolo está bordado ya! Y ayer horneaste una tarta de mantequilla que podía comerse. ¿No estás orgulloso?

Auch.

Déjame ver.

Splendid le tomó la mano a Splendont para sopesar el pinchazo.Un hilo de sangre púrpura brotó de su dedo y Splendid lo sopló diligentemente.

Lo de las defensas bajas tiene su precio. Puedes disfrutar mejor el tacto de la tela y creo que corrije el comportamiento sentir algo de dolor. Por otro lado, esto puede manchar el dibujo. Déjame cubrirlo.

Un fuerte sonrojo cubrió las mejillas de Splendont al desviar la vista y mantener la mano alzada entre los dedos de Splendid.

No es necesario. Con que me concentre...

¿No quieres una bandita con nuecesitas felices?

Splendid parecía herido en vez de él. Splendont tuvo que disimular que se le prendieron estrellas en los ojos al ver las pequeñas curitas rosadas.

De acuerdo. Solo esta vez.

Splendid tarareó “Hero” de buen humor, dispuesto a arreglar la pequeña punción cuando parpadeó de repente, como si una idea acabara de ocurrírsele.

¿Y si usáramos esto como una buena oportunidad de estrechar nuestros lazos, haciéndolos oficiales?

Splendont alzó las cejas pero de inmediato, Splendid le respondió la interrogante agarrando la aguja con la que bordaba un ramo de rosas azules y clavándosela sin vacilaciones en el dedo índice, alzando el mentón en actitud orgullosa tras una exhalación que aseguraba la herida, invitando a Splendont a imitarlo. Este a penas y lo hizo, extrañado todavía cuando su largo y copioso hilo de sangre encontró cauce juntándose con el naciente de la piel de Splendid, que le sonrió ampliamente, con ese dejo de orgullosa picardía que lo caracterizaba y que Splendont encontraba en secreto cada vez menos irritante, a medida que los días en convivencia se evaporaban del calendario.

Somos hermanos.

Hubiera sido un momento memorable al que habría seguido un abrazo propiciado por el mayor del clan fundado por un espejo perfeccionista y oscuro en la Vía Láctea. Si no fuera porque al gesto de afecto que iba a suceder se le adelantaron los ojos perdidos de Splendont y pronto, demasiado pronto, su desmayo a penas interrumpido por un Splendid sorprendido y al mismo tiempo lo bastante veloz como para evitarle la caída, quizás no mortal ni dolorosa para un Super Héroe...pero indudablemente extraña, teniendo en cuenta que llevaban semanas sin conflictos que desembocaran en violencia física, ambos siendo conscientes de los destrozos provocados durante el último enfrentamiento a terceros que debían proteger.

—¿Señor Splend?

Mark Splend. Llegó a ponerse las gafas antes de irse y a colocarle unas de sol a Splendont para proteger su identidad también. Lo registró como su hermano gemelo:Don. Alteraría algún pedazo de plástico para avalar esa mentira luego.

—Ingirió alguna especie de veneno.

Lumpy no hizo más preguntas. La culpa en los hombros de Splendid había empezado a hacer amago de irse cuando Splendont recobró la consciencia solo para escupir sangre. No, no sangre...algo así como cemento líquido en solidificación, que olía a azufre y disolvió el recipiente que Giggles usara para frenarlo de ensuciar las sábanas, ineficazmente y dejando los brazos de la ardilla en huesos enrojecidos, mientras que ella gritaba y se volvía otra paciente.

—¿Hay algún veneno que provoque a las células una disolución de sus núcleos?

Sniffles, con las pruebas de sus análisis, hacía esa pregunta en tono irónico, mirando a Splendid con perspicacia. Le había firmado un autógrafo en una convención desastrosa, después de todo y de su mochila sobresalía una de sus historietas enrolladas.
No llegaron a hacerse más indagaciones. La siguiente crisis de Splendont lo sacudió como un ataque de epilepsia. El color de su piel se tornó ceniza y comenzó a resquebrajarse en su superficie, por mucho esfuerzo que Splendid pusiera en sostenerlo, llamando al director del hospital, que de tanto en tanto desistía de su labor para arar los campos o ser dueño de una dulcería.

Sostuvo a su hermano como pudo hasta notar que las líneas de su cuerpo que le servían de soporte se deshacían. Splendont le dirigió una mirada extraña entonces, antes de enterrar la cabeza en su cuello y exhalar un último suspiro manchado con sangre. Era la misma que en fantasías le daba cuando Splendid ganaba la más terrible batalla entre los dos. La más seria, que no tenía que ver con superarse, sino con aniquilarse sinceramente. Entonces, antes de desaparecer en polvo brillante, se resignaba a que Splendid era mejor.

Con una leve diferencia propia de la realidad y con el precedente de su agradable convivencia. Había una sonrisa en aquella rendición.

—Gracias por todo, inútil.—murmuró y Splendid hubiera protestado contra aquella injuria, de no tener millones de agujas atravesándole la garganta y los ojos mojados, por primera vez debido a una herida que no afectaba su orgullo, sino...

~Capítulo 4En su busca~